DRAMATIS PERSONAE DEL AJEDREZ PRETORIANO
El juez peón: minimalista, previsible, poca variante de movimiento y espíritu gregario, muy numeroso en el foro.
Bajo ciertas condiciones, se puede coronar reina.
El juez torre: sin variantes de dirección, ceñído a las rectas de la lógica dogmática y silogística. Lógica que podría seguir, llegado el caso, muy lejos, hasta que se (le) termine el tablero.
El juez alfil: compulsivamente traza diagonales de equidad entre el rigor de la ley y las urgencias y pulsiones del caso. No sabe ir derecho.
El juez caballo: movimientos irregulares, de salteo, evasivos. Previsible en su imprevisibilidad, diríase que puede ir para cualquier lado, y también, que no puede ir demasiado lejos.
El juez reina: hiperactivo, veloz, multidireccional, protagonista. El más influyente, pero no el más importante.
El juez rey: versátil en su movilidad, humilde en su despliegue territorial. El más importante, pero no el más influyente.***
Tenue rey, sesgo alfil,
encarnizada reina,
torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco
del camino buscan y libran su batalla armada.
No saben que la mano señalada del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino sujeta su albedrío y su jornada.
También el jugador es prisionero (la sentencia es de Omar)
de otro tablero de negras noches y blancos días.
Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza de polvo y tiempo y sueño y agonías?
(extraído de saberderecho.blogspot.com)
No hay comentarios:
Publicar un comentario